Más mejoras en la calidad y confiabilidad de los vehículos eléctricos.
La generación actual de vehículos eléctricos se mide principalmente por su autonomía y rendimiento de la batería. Esta no es una métrica sin importancia, pero una medida que la industria madure, se considerará un mayor enfoque en la calidad y confiabilidad general de todo el vehículo.
El verdadero desafío de los vehículos eléctricos es la confiabilidad (y no solo la confiabilidad de la batería). Parte del problema es que los vehículos eléctricos son en su mayoría conceptos de modelos nuevos, construidos desde cero. Esperamos ver mucho más enfoque en abordar la calidad del software para garantizar el rendimiento básico. Vemos esto como un desafío continuo de mejora continua, pero para 2023 será un problema principal a abordar.
No se puede evitar el hecho de que el éxito de los vehículos eléctricos seguirá estando dictado por el costo y el alcance (o el alcance percibido). Si observa lo que más desean los consumidores, aún tiende a ser una mejora en el costo o en el rango. Los primeros consumidores de vehículos eléctricos están analizando su utilidad y lo que pueden hacer en comparación con los vehículos tradicionales con motor de combustión.
Pero creo que una vez que los vehículos eléctricos superen el desafío de la autonomía de 805 km (500 millas), la preocupación por la autonomía disminuirá y la atención se centrará en cuestiones relacionadas con la calidad, la fiabilidad y las características del vehículo. A pesar de la atención que recibe la conducción autónoma y los vehículos eléctricos, el cambio más obvio será la experiencia en la cabina.
Vemos que continúa evolucionando rápidamente y cambiando la forma en que las personas evalúan sus próximas compras y cómo los fabricantes de automóviles se diferencian. Los caballos de fuerza y la estética exterior aerodinámica, si bien siguen siendo importantes, pasan a un segundo plano frente a lo que sucede dentro del automóvil.
Acostumbrados a la experiencia de los dispositivos inteligentes en casa o en sus teléfonos móviles, los consumidores buscan experiencias similares en el automóvil. Comienza con los elementos visuales obvios, como pantallas más grandes e interactivas que ahora se extienden de pilar a pilar en el tablero, o incluso implementadas como pantallas frontales en el vidrio del vehículo para mayor seguridad y comodidad.
La “smartphone-ización del automóvil” se está volviendo más común para el consumidor. Otra área de crecimiento que prevemos es la personalización de funciones por parte del usuario, como la capacidad de cambiar el color de las luces de la cabina del vehículo. A medida que características como esto se vuelven más comunes, los fabricantes pueden ofrecer más personalizaciones de servicios de terceros, como fabricantes de teléfonos móviles, operadores de redes inalámbricas o cualquier número de servicios atractivos para quienes se desplazan.
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